Arenita playita que se respete, no discute de política. Corta todo intento con frases como «En Venezuela hay mucho real. Todos los gobiernos roban y roban, y todavía queda plata para botar.«, «Todos los políticos son ladrones, eso es normal» y la consabida «Eso no va a pasar aquí, Venezuela no es (cualquier otra parte del mundo)«, son las salidas favoritas de estos seres hedonistas, superficiales y entregados a la deriva de la vida. Con su lema «Yo no me meto en política, no es lo mío», se sacuden su obligación vital y ciudadana de hacer valer sus propios derechos (siempre esperando que otros le hagan el trabajo. Un político, por ejemplo. El que sea, les da igual). Pero ¿Qué pasa cuando la política se mete con ellos, y con lo suyo?
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